Este testimonio fue escrito por un estudiante de segundo semestre universitario como trabajo final para un taller de autoconocimiento. Escribe lo siguiente: "Profesor, en el momento de sentarme a escribir mi experiencia en este taller de autoconocimiento me encontraba realmente ofuscado y deprimido. Así que decidí escribir sobre todo lo que realmente estaba sintiendo en ese momento, ya que todo lo vería desde mi interior". Comento yo: este estudiante comprendió el objetivo esencial de un taller de autoconocimiento, que cada estudiante descubra que una de las mejores formas de avanzar en el autoconocimiento es escribiendo lo que está viviendo en el momento presente, especialmente, cuando se está sintiendo muy perturbado. Por eso escribió lo que lo tenía más perturbado en el momento en que se sentó a escribir su trabajo final. Continúo: "Mi día era normal, hasta cuando recibí un examen de cálculo. Yo esperaba buenos resultados, pero cuando me lo entregó el profesor todo mi esfuerzo lo vi en el piso. El tipo ese al entregármelo, me dijo públicamente: "Por la nota debe ser el suyo". Y soltó una pequeña risa de satisfacción, que fue lo que más me molestó y más me bajó el ánimo. Si el tipo se divierte con la baja nota de un estudiante y riéndosele de ello en la cara, ¿qué puedo esperar? Realmente estoy decepcionado con el parcial, con el profesor, con la clase y conmigo mismo. Odio llegar a esa clase a oír al profesor decir: "¿Para qué estudian administración? Eso lo estudia todo el mundo". O con su risa sarcástica: "Ese problema de la administración es sólo de media neurona". No soy bruto ni retrasado, cometí errores con signos, pero el método y el procedimiento estaban correctos, pero sí reclamo, sé que sacará una ecuación rara, yo no sé de dónde, y me bajará más; o se me reirá otra vez en la cara. Realmente estoy decepcionado, primero con un tipo que tiene siempre la razón y segundo conmigo mismo por haberle embarrado en estupideces. Sé que debo seguir adelante, pero es que me asusto cuando este profesor pone un parcial de "media neurona" y no mira el proceso de razonamiento que uno ha seguido, sólo mira el resultado. Me siento decepcionado con todo." Comento: este testimonio ilustra tres cosas de central importancia. La primera, la injusticia tan grande que comete un profesor cualquiera de matemáticas cuando califica sin mirar el proceso reflexivo del estudiante que es lo esencial en el aprendizaje matemático. El segundo, la falta ética tan grave que comete cuando ofende e irrespeta públicamente a un estudiante. Y el tercero, el efecto tan devastador que esto último tiene en el estudiante.